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CÉSAR ÉVORA

VICTORIA RUFFO

Nació el 4 de Noviembre de 1959 en 
Piñar del Río, Cuba. Hijo único de María Delfina Díaz y Antonio Évora.
Desde pequeño, César se distinguió del resto de los niños por su peculiar voz y en eventos especiales de su colegio, sus maestros lo elegían para recitar poesía u otras lecturas en el salón.
Años más tarde, debido a la política de su país, se enfrentó a la decisión de estudiar una carrera o ingresar al ejército, así es que optó por lo primero y estudió Ingeniería en Geofísica por varios años. Durante algún tiempo ejerció como maestro.
La profesión de actor, llegó por casualidad a su vida cuando un día caminando por la calle se encontró con un casting para una película.  Por curiosidad acudió a las audiciones, quedando así seleccionado ante quinientos aspirantes. Realizó varios proyectos en cine y televisión mientras ejercía como estudiante en la Universidad de las Artes ganándose así, poco a poco, el reconocimiento del pueblo Cubano. 
En 1993 y tras enfrentar varias adversidades César llego a México con solo un par de centavos en el bolsillo pero con mucho talento por compartir. Su varonil voz, su mirada profunda, y su porte de galán, cautivaron no solo al público Mexicano sino a la extensa audiencia telenovelera internacional. 
Tras varios éxitos en papeles protagónicos y participaciones de soporte, en 1999 llega una de sus mejores interpretaciones antagónicas como el temible Federico Rivero, de la mano de Salvador Mejía y junto a su inseparable pareja televisiva, Victoria Ruffo.
Nació el 31 de Mayo de 1962 en 
la Ciudad de México. Hija mayor de Guadalupe Moreno y Ramón Martínez del Río.
Eterna enamorada de su niñez, disfrutó plenamente de ser primera hija siendo la consentida y la preferida de su casa. Siempre se caracterizó por ser la líder en el batallón que se formaba cuando jugaba con sus hermanas.
Antes de convertirse en un icono de las grandes masas, Victoria comenzó a estudiar la carrera de maestra de inglés, pero la abandonó a 8 meses de obtener el diploma, sin embargo maneja el inglés muy bien. Años más tarde comenzó a subir la escalera para ser la reina de las telenovelas cuando decidió acompañar a su hermana a una sesión fotográfica. Ese fue el puntapié para que esta estrella no parara de brillar.  Comenzando con publicidades, fotonovelas, radionovela, cine, radio, teatro, pero lo que la hizo brillar con un destello internacional fueron las tan pasionales telenovelas.
 
En todo este camino, hay algo en particular, comenzó en el año 1999, una historia con uno de los mejores galanes que creó México, apropiándose de su talento y belleza
en Abrázame muy fuerte, producida por Salvador Mejía. Victoria protagonizó uno de los mejores culebrones que hizo Televisa de la mano de César Évora.
 
Desde ahí, el público no ha parado de querer verlos juntos tras de la pantalla y también fuera, siempre tan deseados. Victoria y César han creado un camino protagónico tanto juntos como separados, pero la magia que crean cuando les toca compartir escena ha hecho traspasar las fronteras.
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